Un espacio confinado es un espacio total o parcialmente cerrado, que no ha sido diseñado con la intención de que las personas lo ocupen o trabajen en él. El acceso a un espacio confinado suele ser limitado y, por ello, las operaciones que se realizan en su interior se clasifican como excepcionales. Estas operaciones suelen incluir la realización de trabajos de fabricación, conservación y mantenimiento.
Hay muchas profesiones en las que los operarios tienen que entrar en espacios confinados, a pesar de que no han sido diseñados para operarios. Muchos empleados tienen que trabajar en espacios confinados con regularidad, por ejemplo, para inspeccionar y mantener las redes subterráneas, en las minas, en las chimeneas, en los silos o en una gran variedad de depósitos utilizados en la industria.
¿Qué riesgos corren las personas en espacios confinados?
Los riesgos a los que se enfrentan las personas que trabajan en espacios confinados son múltiples y dependen totalmente del tipo de espacio en el que trabajen. Entre ellos, se encuentran la falta de oxígeno, las inundaciones, la inhalación de polvo y, en el caso de quienes trabajan en espacios confinados en altura, como silos, pozos de registro y grandes tuberías, el riesgo de caída. Las caídas pueden provocar lesiones graves o incluso la muerte, por lo que es importante proteger al personal y reducir el riesgo de caída en la medida de lo posible. También es esencial facilitar el rescate del personal en espacios confinados mediante un plan de rescate adecuado y el uso de equipos de rescate especializados.